México. elmercado.mx. (CM). Horas antes de que se diera a conocer la propuesta presidencial de reforma hacendaria, The Wall Street Journal publicó un artículo de Thomas Catan, titulado Tide reverses in América Latina, en la edición del domingo 8 de septiembre.
El texto está dedicado a analizar los destinos contrastados de los mercados emergentes globales, mismos que podrían resumirse, a decir de Catan, a través de la trayectoria de las dos mayores economías de América Latina, México y Brasil.
Como la fábula de la tortuga y la liebre, los destinos de México y Brasil ilustran la ruta de ambas economías en la más reciente década.
Es el lento crecimiento y las tortuosas reformas, por un lado, y la coyuntura exportadora, por el otro.
Al principio, el desarrollo de Brasil encontró un camino exitoso a partir de la venta de materias primas a China. Con el aliento del consumo, su clase media se expandió y se atiborró de una marea de crédito barato, catapultada por bancos centrales de economías avanzadas que intentaban dinamizar su recuperación.
La economía de Brasil creció a un promedio que rozó el 4% en la última década, y finalizó 2010 a un ritmo imbatible: 7.5%. Todo era optimismo en la culminación de la tarea del presidente Lula. Su moneda subió en valor. Pero los signos habituales de exceso eran evidentes; por ejemplo, los compradores brasileños abarrotaban tiendas en Nueva York y Miami.
México, por su cuenta, experimentaba un crecimiento lento, atado a los problemas de la economía de Estados Unidos. Los gobiernos del PAN tuvieron que intentar resolver problemas de fondo en el país: leyes que prohibían la inversión extranjera en energía, un código fiscal disfuncional, un sistema de educación desarticulado y una economía tradicional, dominada por un puñado de cuasi monopolios.
A ello se agregó el aumento de la violencia y las dificultades para mantener una imagen apropiada ante turistas e inversionistas. El crecimiento económico de México promedió en la última década 2.6 % anual.
En opinión de Catan, las circunstancia actuales han cambiado. Brasil está siendo castigado por los inversionistas, se ha desvanecido la demanda de China por sus materias primas. La moneda y el mercado de valores en Brasil han caído más de 10 % este año.
“Brasil lo hizo muy bien en los últimos 10 años, aprovechando el auge de los commodities para tomar un poco del beneficio que le permitió la expansión masiva de la riqueza en China”, estimó David Rees , economista de mercados emergentes de Capital Economics. “Pero eso ahora está llegando a su fin”.
Brasil desperdició gran parte de la bonanza, invirtiendo poco en carreteras y otras áreas que podrían fomentar su desarrollo -subraya Catan-. Su gobierno ha aplicado un modelo económico dirigido por el Estado. Las empresas y los hogares se apoyaron demasiado en el crédito, lo cual limitará su crecimiento futuro. Se ha desarrollado un déficit comercial significativo que debe ser financiado por préstamos del exterior.
En cambio, México utilizó sus años de vacas flacas para reformar su economía, modernizar las leyes del país de mano de obra , el sistema educativo y su sistema de telecomunicaciones, los aspectos financieros y los sectores de energía , incluyendo un plan para abrir su sector de petróleo y gas a la inversión privada.
Si el proceso se completa, los especialistas esperan que los cambios para levantar el potencial de crecimiento del país lleguen en un buen momento convergente con la economía de su mayor socio comercial, Estados Unidos.
México ha mantenido relativamente pequeño déficit comercial que se financia con facilidad por la inversión extranjera a largo plazo de empresas y plantas instaladas. Ha aprendido a no ser tan dependiente de los flujos inconstantes de dinero extranjero en el corto plazo y, por ello, ha resultado menos afectado por la desaceleración actual, que sí ha afectado a Brasil y a otros mercados emergentes en los últimos meses.
Con todo, México aún puede defraudar, nada está escrito.
Su economía se contrajo ligeramente en el segundo trimestre, mientras que Brasil ha tenido fuertes ajustes en pocos meses, como muchos analistas esperaban. El banco central de México recortó el viernes los tipos de interés un cuarto de punto para apoyar el funcionamiento de la economía. Sin embargo, muchos economistas esperan que México pueda retomar el crecimiento a un buen ritmo en los meses y años venideros.
Podría decirse, sin que nada esté escrito, que es la revancha de la tortuga.
Con información de: The Wall Street Journal (Thomas Catan)